Tras muchos viajes alrededor del mundo, por fin pudimos cumplir nuestro deseo de visitar Egipto en familia. Fue un país que nos gustó especialmente y del que pudimos disfrutar junto a nuestros hijos. Además, descubrimos que Egipto es un destino estupendo para cualquier planteamiento de vacaciones. Desde los todo incluido hasta el viaje programado repleto de excursiones guiadas. En cualquier caso, es un lugar ideal para combinar el descanso con el interés por la cultura de esta parte del mundo.
¿Playa o templos faraónicos?
Dependiendo de la edad de los peques y de su aguante en los viajes, la mejor alternativa para visitar Egipto en familia puede variar de un caso a otro. Desde las excursiones personalizadas por El Cairo para los adolescentes interesados en la arqueología hasta la manera más cómoda de hacerlo: con un “todo incluido”. Así que vamos a tratar de contaros varias para escoger lo más apropiado para cada cual.
Si bien no es una opción que se estile demasiado en España, hay zonas de Egipto (especialmente en el mar Rojo) repletas de hoteles donde no faltan las piscinas, toboganes, juegos infantiles y demás entretenimiento para los niños pequeños, mientras que los adultos cuentan con acceso a comida y bebida ilimitada, así como a una amplia oferta de excursiones culturales y deportivas.
En nuestro caso, para no complicarnos mucho, ya que íbamos con los niños, elegimos montar la visita a El Cairo utilizando transportes privados para realizar los traslados hotel-aeropuerto y haciendo uso de las excursiones organizadas para conocer la zona. Es más, el mismo lunes por la mañana hicimos una visita en la que se podía elegir que te dejase en el aeropuerto para volver a tu ciudad de origen.
La excursión discurría por varios de los puntos más importantes de El Cairo, como las tres pirámides de Guiza, la Esfinge, el templo del Valle de Kefrén o el Museo Nacional de la Civilización Egipcia, adonde se trasladaron en 2021 las 22 momias reales del Museo Egipcio de El Cairo. También visitamos el barrio Copto y la iglesia de los santos Sergio y Baco, refugio de la Virgen María, San José y el Niño Jesús durante su huida a Egipto, según la tradición copta.