En Tijuana, se observa una gran movilidad humana y un grupo en particular ha permanecido constante a lo largo de los años; los desplazados por la violencia en estados como Michoacán y Guerrero. Estos desplazados han llenado los albergues fronterizos, lo que refleja el aumento exponencial del crimen organizado.
José María García Lara, director del albergue Juventud 2000, ubicado cerca del puerto fronterizo de San Ysidro, que es la entrada a Estados Unidos, explicó esta situación el día de hoy.
Lamentablemente, la llegada de migrantes al albergue no ha disminuido, y según José María García Lara, esta situación persiste en otros albergues debido a la falta de control sobre la inseguridad y el desplazamiento forzado.
La mayoría de los migrantes en el albergue son desplazados mexicanos, incluyendo madres solteras, jóvenes y muchos niños y adolescentes, que fueron sacados de sus pueblos por temor a que fueran reclutados. Aunque hubo una oleada masiva de personas desplazadas hace dos años, esto no significa que la situación haya terminado o que los problemas en esos estados se hayan resuelto.
De hecho, ahora también están saliendo personas de Chiapas debido a esta situación. La llegada constante de personas y familias de estos estados, refleja la difícil situación que se vive en esa región del país.
Las amenazas de muerte, los cobros de piso, los secuestros, las extorsiones, los asesinatos y las desapariciones son solo algunos de los peligros que han obligado a familias e incluso comunidades enteras a abandonar sus hogares y propiedades. Estas personas no solo buscan un futuro mejor para sus hijos, sino que también están tratando de proteger su integridad y sus vidas.